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📈 El activo corriente

El activo corriente

El activo corriente es un concepto fundamental en el ámbito financiero y juega un papel crucial en la gestión de los recursos de una empresa. En este artículo, exploraremos qué es el activo corriente, ejemplos de activos corrientes y su importancia en la evaluación financiera de una organización.

¿Qué es el activo corriente?

El activo corriente, también conocido como activo circulante, se refiere a aquellos recursos y bienes de una empresa que pueden convertirse en efectivo o consumirse dentro de un ciclo operativo normal, generalmente en un año o menos. Este tipo de activo incluye elementos como el efectivo en caja, cuentas por cobrar, inventarios y otros activos líquidos que se espera que se conviertan en efectivo en un corto plazo.

Ventajas del activo corriente

Una de las ventajas es su capacidad para respaldar las operaciones diarias de una empresa. Por ejemplo, el efectivo en caja es esencial para cubrir gastos operativos, pagar a los proveedores y mantener la continuidad del negocio. Las cuentas por cobrar representan el dinero que los clientes deben a la empresa por bienes o servicios vendidos a crédito, lo cual también es parte del activo corriente. Asimismo, los inventarios son activos corrientes importantes, ya que permiten a la empresa mantener su cadena de suministro y satisfacer la demanda de los clientes de manera oportuna.

Se considera un indicador clave de la liquidez de una empresa, es decir, su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo. Los analistas y los acreedores utilizan este dato para evaluar la salud financiera de una organización y su capacidad para enfrentar contingencias o aprovechar oportunidades. Cuanto mayor sea el valor del activo corriente en relación con las obligaciones a corto plazo, mayor será la solidez financiera de la empresa.

Además del efectivo en caja, las cuentas por cobrar y los inventarios, existen otros activos corrientes que se deben tener en cuenta al evaluar la salud financiera de una empresa. Algunos ejemplos incluyen las inversiones a corto plazo, los activos financieros disponibles para la venta y los activos líquidos restringidos. Cada uno de estos activos tiene un propósito específico y contribuye a la capacidad de la empresa para operar de manera eficiente.

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